La Universidad en su laberinto
Tienen razón los estudiantes no admitidos en la Universidad de El Salvador de protestar por quedarse sin el acceso al derecho a la educación que el Estado está obligado a garantizarles. ¿La pregunta es si ello justifica que un reducido grupo de jóvenes encapuchados con la evidente complacencia del personal de custodia del patrimonio universitario cierren las instalaciones e impidan que el mismo derecho sea ejercido por miles de estudiantes que ya estaban en clases?
A pesar de que el problema cuantitativo se reduce a que ciertas facultades acepten incrementar sus cupos en unos 350 estudiantes más, el problema de la única universidad pública de El Salvador es más complejo y tiene que ver con la responsabilidad del Estado de apostarle en serio a la educación superior, aspecto que ha sido evadido por gobiernos de derecha, quienes en el pasado le negaron un apropiado presupuesto a la UES e implementaron políticas de persecución que incluyeron cercos militares, campañas de difamación, persecución, encarcelamientos y asesinatos de miembros de su comunidad que limitó su desarrollo.